Torá
La Torá representa los cinco primeros libros de la Biblia, más conocidos entre cristianos como el Pentateuco. Estos libros contienen los principios vitales para comprender a Cristo: La creación, el Pecado, el pacto, la ley, etc. Sencillamente seríamos incapaces de comprender lo que significa la llegada de Cristo, su muerte, su resurrección y el “nuevo pacto” si no conocemos los principios que le precedieron.
A pesar de lo anterior, los cinco primeros libros de la Biblia son poco leídos, especialmente por su contenido legal que puede resultar tedioso y de difícil aplicación debido a que se encuentra en el marco de una cultura antigua y costumbres difíciles de entender en nuestra época particular. Sumado a lo anterior, largas genealogías, zonas geográficas que no siempre se pueden comprender por el contexto, etc. Todo lo anterior ha creado un malestar hacia esta zona de la Biblia tan vital para comprender el Nuevo Testamento y su teología.
Por otro lado, la Torah recobra fuerza y se alza gigante y magnífica con su sumo protector: Cristo. Nuestro Señor nos da una medida de interpretación de la Torah mucho más grande y preciosa que el nacionalismo israelita, los rituales religiosos o las genealogías que han sido centro de tantos intérpretes en el mundo Judío e incluso cristiano. El precioso tesoro a encontrar en la Torah es precisamente a nuestro Señor y Dios, el profundo amor y justicia del Padre, la persona de Cristo anunciada y el espíritu de Dios guiando a su pueblo en estas preciosas palabras.
Conocer la Torah es vital para el creyente. Hará crecer su asombro y respeto por el Señor, le permitirá reconocer los orígenes mismos de la historia de Cristo, le mostrará un pueblo y a personajes a quienes Dios cuida con paciencia y fidelidad en medio de dificultades enormes. El creyente hallará en la Torah un maravilloso tesoro de la Escritura que incluso le será de utilidad para comprender el resto de la misma. Por esto y muchas otras razones, este curso es vital y debemos abordarlo con amor y disciplina para el crecimiento y fortalecimiento del pueblo del Señor.