¿Cuál es el papel del diablo en la tentación?

Paul Tatges | Octubre 11, 2023


Dios nunca es la fuente de la tentación de pecar. Por el contrario, el ciclo comienza con fuertes deseos en nuestros corazones. Tal vez te preguntes si el diablo está involucrado. Sí, lo está.

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu en el desierto por cuarenta días, siendo tentado por el diablo. Y no comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre… Cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se alejó de Él esperando un tiempo oportuno. (Lucas 4:1–2, 13)

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu en el desierto por cuarenta días, siendo tentado por el diablo. Y no comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre… Cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se alejó de Él esperando un tiempo oportuno. (Lucas 4:1–2, 13)

Aprendemos mucho de la tentación de Satanás a Jesús. Aunque Jesús no tenía una naturaleza pecaminosa como nosotros, el diablo atacó su humanidad con toda su fuerza y, sin embargo, Jesús resistió. De los ataques del diablo y de la obediencia de Jesús a pesar de ellos, aprendemos cinco maneras en que Satanás nos tienta a pecar. También nos damos cuenta de los principales medios para resistir al diablo como lo hizo nuestro Salvador.

1.) Satanás ataca cuando eres más vulnerable. La primera tentación del diablo apeló a una legítima necesidad física de alimento. Jesús “tenía hambre” después de su ayuno de cuarenta días (Lucas 4:2). Como un astuto cazador, Satanás apuntó su flecha al blanco de la vulnerabilidad de Jesús. Philip Ryken explica: “Lo que Jesús sufrió en el desierto habría matado a un hombre más débil. Su estado era crítico. Al final de los cuarenta días estaba más cerca de la muerte que en cualquier otro momento de su vida, excepto la crucifixión”(1) Ten en cuenta tu debilidad y vigila cuándo eres más susceptible a los ataques de Satanás.

2.) Satanás pone en duda la Palabra de Dios. El diablo plantó un gran “Si” en la mente del Salvador: “Si eres Hijo de Dios” era un sutil ataque a la integridad de las palabras de Dios (4:3). Dios acababa de declarar que Jesús era su Hijo en su bautismo (ver Mateo 3:17), pero ahora el diablo desafiaba esa palabra. Satanás no ha cambiado. Es la misma serpiente astuta que utilizó con éxito una táctica idéntica con Eva: “¿Dijo Dios realmente?” (Gén. 3:1). Como lo intentó tanto con Jesús como con Eva, el diablo planta la semilla de la duda con respecto a las Escrituras.

3.) Satanás alimenta el orgullo carnal. Jesús resistió con éxito el primer ataque de Satanás, así que el diablo le tentó para que quebrantara el primer mandamiento adorando a otro dios (véase Ex. 20:3). Satanás apeló al deseo innato de posición y poder de la humanidad mostrándole a Jesús todos los reinos del mundo y prometiéndole: “Si tú me adoras, todo será tuyo” (Lucas 4:7). Esto era un intento de conseguir que el Hijo de Dios se apoderara de lo que legítimamente le pertenecía antes de tiempo y sin tener que sufrir. Pero esta tentación era una mentira. El plan de Dios para exaltar a su Hijo en todo el mundo requería la cruz. Sin cruz, no hay corona. Sin humillación, no hay exaltación (ver Fil. 2:8-11). Cuando te sientas tentado a actuar por voluntad propia, recuerda que estás eligiendo a quién adorar.

4.) Satanás nos anima a poner a prueba a Dios. En la tercera tentación, el diablo trató de manipular a Jesús para que aplicara tontamente las Escrituras dando un “salto de fe” de doscientos metros. Satanás le llevó al pináculo del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate desde aquí, porque escrito está…”, y luego citó dos versículos bíblicos fuera de contexto (Lucas 4:9-10; véase también el v. 11). Pero el Verbo vivo respondió al diablo citando correctamente el Deuteronomio, donde leemos cómo Israel puso a prueba a Dios exigiendo a Moisés que produjera agua para ellos. Si tienes la tentación de poner a Dios a prueba, recuérdate sus muchas promesas, así como sus mandamientos de confiar en Él.

5.) Satanás nunca se da por vencido. Cuando “el diablo hubo acabado con todas las tentaciones, se apartó de [Jesús] hasta el momento oportuno.” El diablo es implacable. Así como acosó a Jesús hasta la cruz, nunca se cansa de tentarte. Siempre está a la caza, siempre esperando el momento oportuno. Debes “resistirle, firme en tu fe” (1 Pedro 5:9), de la misma manera que lo hizo Jesús.

Tres veces tentó el diablo a Jesús. Tres veces respondió Jesús: “Está escrito” (Lucas 4:4, 8, 12). Podemos combatir las mentiras del engañador con “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Ef. 6:17).*

__________________________

Deja un comentario

Carrito de compra